El pasado de Zamora nos dice mucho de su presente y futuro. La historia de la ciudad nos da las claves de la estructura urbanística actual. La Edad Media y el arte románico configuraron su disposición condicionada siempre por un río que es parte de esta historia y del urbanismo de la ciudad.
Comenzamos nuestro día en Zamora en la calle Santa Clara, frente a la Plaza de la Constitución se encuentra la Iglesia de Santiago del Burgo, recientemente rehabilitada.
Desde la Plaza de la Constitución, accedemos a la Plaza del Mercado. El Mercado de Abastos Fué diseñado por el arquitecto Vitoria Escarda; se trata de un edificio modernista ubicado en el eje comercial de la ciudad, representado por la calle Santa Clara.

Al final de la calle, en la Plaza Zorrilla confluye la Calle San Torcuato, donde podemos observar el Palacio de los Momos, actualmente alberga el Palacio de Justicia. Es una de las joyas renacentistas que ver en Zamora.

De camino a la Plaza Mayor, nos encontramos con un edificio singular, llaman la atención sus Cariátides y balcones.

Seguimos de frente y llegamos a la Plaza Mayor. A la izquierda vemos la calle Balborraz con unos edificios muy característicos donde hay bares y tiendas artesanales.

Desde este punto tenemos tres edificaciones que llaman nuestra atención, a la izquierda el antiguo Ayuntamiento que hoy ocupa la Polícia Municipal, a la derecha el Ayuntamiento y, en el centro de la plaza, la Iglesia de San Juan de Puerta Nueva.

Ayuntamiento. Aunque se comenzó la construcción de la arquería en 1766, su aspecto actual data del pasado siglo.

En el centro de la plaza la joya románica, la Iglesia de San Juan de Puerta Nueva con el rosetón más elegante del románico zamorano en su fachada. En su torre, observamos una reproducción de la veleta conocida popularmente como el Peromato. El original se encuentra en el Museo Provincial.

Desde la misma Plaza Mayor por la parte trasera de la Iglesia, accedemos a la calle La Reina, bajando por ella llegamos a la Puerta y Palacio de Doña Urraca, que forman parte del primer recinto amurallado.

Cruzando la Puerta es cuando podemos apreciar la muralla y torreones en todos su esplendor.

El calor apretaba este día de septiembre, ya tocaba un descanso y dar por finalizada la mañana, de vuelta a la Plaza Mayor y en uno de los restaurantes que están junto a la Iglesia, en su terraza y con buena sombra, tomamos un rico y contundente arroz a la zamorana (lleva entre otros ingredientes panceta, pata y oreja de cerdo) y de segundo secreto ibérico.


Con energías renovadas tocaba continuar nuestra visita a Zamora, la joya del románico. Tomando la calle Ramos Carrión, llegamos a la Plaza de Viriato con la estatua en bronce que representa al Caudillo-Pastor que se enfrentó a los cónsules romanos.

En la misma plaza podemos contemplar el edificio que hoy alberga la Diputación de Zamora que data de 1629 y que fué concebido para el Hospital de la Encarnación.


Desde la parte izquierda de la plaza, accedemos a un mirador de la ciudad desde el que podemos observar la Iglesia de San Cipriano

En la misma plaza el Parador de Zamora, palacio renacentista del siglo XV, construido sobre una antigua alcazaba musulmana.

Mi siguiente visita fué al Museo de Semana Santa donde podemos contemplar 36 grupos escultóricos, túnicas y hábitos de las distintas cofradías y hermandades. Realmente merece dedicarle un buen rato y pagar los 4€ que cuesta su entrada, 5 si quieres sacar fotos. Dejo un par de muestras, pero haré un post recogiendo estos grupos escultóricos.
Santa Cruz. Tallada en madera de haya y cordabam en el taller de José Fernández Lebrón y según diseño de este, por Julio Gómez «El Chepa». Rematada con cantoneras metálicas, de su travesaño pende una banda de raso bordado en oro.
Sale en procesión sobre mesa de estilo neogótico tallada en madera de nogal portada a hombros. Sale en Jueves Santo con la Cofradía de la Santa Vera Cruz.

Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalem. Conocido en Zamora como el paso de «La Borriquita», la mesa es del mismo autor y año (Florentino Trapero, 1950). Empleó madera de pino de Soria, y fue donado por D. Carlos Pinilla Turiño.
Sale en Procesión el Domingo de Ramos con la Cofradía de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalem.

Continuamos por la calle Ramos Carrión, calle Rúa de los Francos y Rúa de los Notarios que nos lleva hasta la Plaza de la Catedral, que data del siglo XII y está inscrita dentro del denominado Románico tardío del Duero.
A su derecha, cruzamos el arco que nos lleva hasta los jardines del castillo
Castillo de Zamora. Construido como fortaleza defensiva, dicen las crónicas que fue mandado construir por Alfonso II de Asturias, aunque estudios realizados por diferentes historiadores, afirman que probablemente estaría realizado por Fernando I de León. Siendo así, el edificio dataría de mediados del siglo XI.
Bajando por el lateral de la Catedral por la Puerta del Obispo y cruzando el arco, ya divisamos una esplendida vista del Puente de Piedra, que durante siglos, fue el único acceso a la ciudad.
Puente de Piedra. En la actualidad es una vía de enlace entre la Avda. de Vigo (margen derecho) y la Plaza de Belém (margen izquierdo). Por su situación en la Vía de la Plata, fue un importante lugar de paso para personas, mercancías y rebaños trashumantes. Terminado de construir a comienzos del siglo XIII y reformado en varias ocasiones, es en la actualidad uno de los símbolos más importantes de la ciudad.Históricamente es parte de la calzada romana denominada Iter ab Emerita Asturicam del itinerario de Antonio.
Y ya, tras estas relajantes vistas de la ciudad de Zamora desde el otro lado del Duero con su majestuoso Puente de Piedra, se dio por concluida nuestra visita a esta bonita ciudad que para muchos, es la joya del románico, no sin antes volver a la Plaza Mayor y disfrutar de un refrigerio.

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- Ávila, la ciudad de la mística
- Segovia, el acueducto romano
- Segovia, algo más que el acueducto
¡¡Buen viaje amigxs!!!