Cuando te planteas visitar Granada siempre tenemos dos visitas en mente: La Alhambra y el Albaicín, parece que la propia ciudad queda en un segundo plano pero os aseguro que merece la pena pasear por sus calles y plazas ,y como no, disfrutar de unas cañitas que en todos sus bares te las sirven acompañadas de tapa. Cruce de civilizaciones desde tiempos inmemoriales, se configura como una metrópolis vibrante, viva, cultural y cercana. Una ciudad que atrae cada año a cerca de tres millones de visitantes.
Comenzamos nuestra visita en la catedral. Los Reyes Católicos mandaron su construcción en 1492 y se proyectó, en principio, siguiendo el modelo gótico de la Catedral de Toledo.
Entrando a la zona de la catedral por Avda. de Colón, el Palacio de la Madraza
Por una de las calles llegamos a la Plaza Bib-Rambla con sus kioskos de flores, terrazas y restaurantes
Desde Puerta Real, centro de Granada, subiendo por Reyes Católicos llegamos a la Plaza del Ayuntamiento
Muy cerquita la Plaza de Isabel la Católica
Entre ambas plazas, en la calle mariana Pineda, el Corral del Carbón. Construido en el siglo XIV por Yusuf I, en plena época nazarí, servía de almacén de mercancías para venderlas allí mismo, además de albergar a los mercaderes que pasaban por la ciudad. Más tarde, en el siglo XVI, los cristianos lo adaptaron para representaciones teatrales.
Pasando la Plaza Nueva llegamos a la Iglesia de Santa Ana
Por su izquierda y bordeando el río, la Carrera del Darro que en su final se funde con el Paseo de los Tristes
En la Carrera del Darro, patio del Museo de las Perfumes
Vista de La Alhambra desde el Paseo de los Tristes.
El Albaicín. Vista de La Alhambra desde el mirador de San Nicolás
Callejeando por el Albaicín
Os dejo otros post más de mi visita a Granada,
¡¡Buen viaje amigxs!!